Instalación de Suelo Radiante

El suelo radiante es un sistema de calefacción que utiliza como emisores una red de tuberías instalada bajo el pavimento. Ésta transporta el agua y permite la transmisión directa del calor por radiación al ambiente desde el suelo, climatizando la estancia. 

El confort se puede definir como un  estado de bienestar físico. Las personas necesitan una temperatura algo mas alta   en  los pies que en  la cabeza (entre 22ºC y 25ºC en las zonas inferiores de la estancia y 19 y 21ºC a la altura de la cabeza) para conseguir un mayor estado de confort. El sistema de calefacción por suelo radiante es el más adecuado para alcanzar este nivel de confort.

La calefacción por suelo radiante se viene utilizando desde la antigüedad y es una evolución de una técnica primitiva que en un principio consistía en canalizar el humo de la combustión bajo el suelo con el fin de elevar la temperatura de éste y aportar calor al local. 

En la actualidad el principio de funcionamiento es muy parecido, se ha sustituido el aire por agua como fluido caloportador que gracias al desarrollo de los materiales plásticos para la conducción de agua, la mejora de los niveles de aislamiento y la posibilidad de regular correctamente las instalaciones permite a los usuarios disfrutar de unos niveles de confort excelentes mediante la climatización por suelo radiante/refrescante.

El suelo radiante es un sistema de calefacción a baja temperatura, el pavimento es el que irradia el calor y la instalación debe ocupar la mayor parte de la superficie del suelo posible, consiguiendo así una correcta distribución de calor en todos los puntos de la estancia calefactada. El agua de las tuberías debe circular a una  temperatura comprendida entre 35ºC y 45ºC, de esta manera el suelo se mantendrá a una temperatura comprendida entre 20ºC y 28ºC y el recinto a una temperatura de confort de entre 18ºC y 22ºC. 

Es el sistema de calefacción que más se aproxima a la distribución ideal de la temperatura, el resto de sistemas acumulan el calor a la altura del techo, provocando unas pérdidas de energía térmica considerables. El grado de confort que obtenemos con este tipo de calor es ideal, ya que como calentamos el agua a 40ºC para mantener la estancia a 20ºC observamos el alto rendimiento de este sistema de calefacción en comparación con los sistemas tradicionales, los cuales, para mantener la estancia a la misma temperatura tendríamos que calentar el agua a 70ºC u 80ºC. 

La temperatura es uniforme ya que toda la superficie del pavimento irradia calor. El ahorro energético es una de sus principales ventajas debido a la baja temperatura con la que trabaja el fluido, la reducción de pérdidas de calor por el techo y la la reducción de las pérdidas por aireación. 
 

Estéticamente teniendo en cuenta que el emisor de calor es el propio pavimento se dispone de un mayor espacio para la decoración interior ya que no hay elementos emisores visibles. Es compatible con cualquier tipo de pavimento pero hay que tener en cuenta su conductividad térmica a la hora de realizar la instalación, ya que ésta no se comportará de la misma manera con un tipo u otro de pavimento. 

Este sistema de calefacción está considerado como el mejor, debido a sus propiedades de funcionamiento, a la posibilidad de adaptación a fuentes de energía alternativas y otras muchas ventajas, con respecto a otros sistemas.